Muy bien, hablemos de Kilian Jornet—sí, ese Kilian Jornet, el tipo que hace que escalar montañas parezca un paseo casual. En su búsqueda incansable por encontrar sus límites físicos, la última aventura de Kilian en los Alpes es simplemente alucinante.
Esta vez, Kilian está llevando las cosas al límite nuevamente con un desafío épico. ¿Cómo lo hace? Pues, implica una resistencia física increíble y una «estrategia de nutrición» que básicamente significa… comer sin parar durante una hora y media a la vez. ¡Sí, lo escuchaste bien! Nuestro amigo Kilian literalmente está devorando comida como una bestia para mantenerse preparado.
En las pruebas parciales a las que hemos tenido acceso, después de 852,98 kilómetros, subiendo 59 picos de más de 4.000 metros de altura, 196 horas y 43 minutos de esfuerzo, y ganando 56.237 metros de desnivel, ¿adivina qué? El tipo no ha perdido ni un solo gramo. ¡Es una máquina!
Pero, por supuesto, Kilian nunca se detiene. ¿Su última obsesión? Escalar los 82 picos de los Alpes que superan los 4.000 metros. ¿Y sabes qué? Solo le tomó 19 días, ¿puedes creerlo? Ha destrozado el récord anterior establecido en 2008, cuando dos montañistas italianos tardaron 60 días en completar la misma misión. Franz Nicolini y Diego Giovannini (60 días en 2008), Ueli Steck (62 días en 2015).
Hasta ahora, el viaje de Kilian ha sido una vorágine de acción continua, con un equipo de 12 profesionales detrás de él, asegurándose de que todo esté en su lugar. Un equipo de apoyo de 2 personas lo siguió en una furgoneta para proporcionarle suministros en algunos puntos de la ruta y transportar el equipo. ¿Un equipo observándolo devorar comida? Claro. Y sí, puedes apostar que está comiendo como si no hubiera un mañana. ¡Su equipo ni siquiera puede creer la cantidad de comida que consume durante estos descansos!
Y cuando no está comiendo… está durmiendo. Porque cuando eres Kilian Jornet, así es como te preparas para otra etapa brutal. Ah, ¿y mencioné? En esas etapas agotadoras, ¡quema unas 6.000 calorías como si nada!
Ahora, su médico, Jesús Álvarez, no está demasiado preocupado por contar calorías. No, todo se trata de equilibrar el cuerpo de Kilian con los nutrientes adecuados, mantener su energía al máximo y asegurarse de que su sistema digestivo pueda soportar las condiciones extremas a las que lo somete. No se trata de «alimentar el motor», como dice él, sino de ajustar toda la máquina.
Y sí, Kilian ha visto cosas salvajes. El año pasado, subió 177 picos en los Pirineos en 8 días y perdió 7 kilos en el proceso. ¿Pero esta vez? Es diferente. Está tranquilo, calmado y sereno. Menos obsesionado con el cronómetro, más en sintonía con las montañas.
Por supuesto, los Alpes en agosto no son una broma. El terreno es impredecible: grietas, rocas sueltas y un clima que cambia cada minuto. Kilian ha tenido que adaptarse constantemente, modificando sus planes sobre la marcha y estresando a su equipo en el proceso.
Pero bueno, eso es lo que mejor hace Kilian. Se adapta, supera obstáculos y nos deja a todos boquiabiertos. Este es Kilian Jornet: siempre buscando más, nunca retrocediendo.
¿Crees que podrías seguirle el ritmo? Sí… nosotros tampoco.